domingo, 5 de mayo de 2024

El niño robado: W. B. Yeats



Foto: Bosque, Kilkenny




El niño robado


Donde  se hunden las montañas

Del bosque de Sleuth en el lago,

Allí está la isla frondosa

Donde las garzas al batir sus alas despiertan

A las adormiladas ratas de agua;

Allí escondíamos nuestras tinas de hadas,

Llenas de fresas

Y las más rojas cerezas robadas.

¡Ven, oh niño!

A la naturaleza y a las aguas

Con un hada, de la mano,

Porque el mundo está lleno de lágrimas

Más de lo que puedes comprender.

 

 

Donde el manto de la luna hace brillar

A las arenas opacas y grises con su luz,

Lejos del extremo de  Rosses

Caminamos toda la noche,

Entretejemos antiguas danzas,

Unimos manos y unimos miradas

Hasta que la luna huye,

Saltamos de aquí para allá

Persiguiendo burbujas de espuma,

Mientras que el mundo está colmado de problemas

Y duerme ansioso.

¡Ven, oh niño!

A la naturaleza y a las aguas

Con un hada, de la mano,

Porque el mundo está lleno de lágrimas

Más de lo que puedes comprender.

 

 

 

Donde el agua errante mana

De las colinas, detrás de Glen Car

Se precipita entre los juncos en charcos

Que apenas pueden bañar una estrella,

Buscamos truchas dormidas

Y les susurramos en los oídos

Les damos sueños inquietos;

Y nos inclinamos suavemente

Sobre los helechos que dejan caer sus lágrimas

en los jóvenes arroyos.

¡Ven, oh niño!

A lo salvaje y a las aguas

Con un hada, de la mano,

Porque el mundo está lleno de lágrimas

Más de lo que puedes comprender.

 

 

Con nosotras él se va,

El de ojos solemnes:

No escuchará más el mugido

De los terneros en la ladera cálida

O a la pava silbar en la estufa

Dándole  paz a su pecho,

Ni verá  al ratón marrón balancearse

en círculos en el cajón de avena.

Porque él viene, el niño,

A la naturaleza y a las aguas

Con un hada, de la mano,

De un mundo lleno de llanto,

Más  del que puede comprender


Versión: Marina Kohon

W.B. Yeats

The Stolen Child

 

WHERE dips the rocky highland
Of Sleuth Wood in the lake,
There lies a leafy island
Where flapping herons wake
The drowsy water-rats;
There we've hid our faery vats,
Full of berries
And of reddest stolen cherries.
Come away, O human child!
To the waters and the wild
With a faery, hand in hand,
For the world's more full of weeping than you
can understand.

 

 

 


Where the wave of moonlight glosses
The dim grey sands with light,
Far off by furthest Rosses
We foot it all the night,
Weaving olden dances,
Mingling hands and mingling glances
Till the moon has taken flight;
To and fro we leap
And chase the frothy bubbles,
While the world is full of troubles
And is anxious in its sleep.
Come away, O human child!
To the waters and the wild
With a faery, hand in hand,
For the world's more full of weeping than you
can understand.

 

 

 


Where the wandering water gushes
From the hills above Glen-Car,.
In pools among the rushes
That scarce could bathe a star,
We seek for slumbering trout
And whispering in their ears
Give them unquiet dreams;
Leaning softly out
From ferns that drop their tears
Over the young streams.
Come away, O human child!
To the waters and the wild
With a faery, hand in hand,
For the world's more full of weeping than you
can understand.

 

 

 


Away with us he's going,
The solemn-eyed:
He'll hear no more the lowing
Of the calves on the warm hillside
Or the kettle on the hob
Sing peace into his breast,
Or see the brown mice bob
Round and round the oatmeal-chest.
For he comes, the human child,
To the waters and the wild
With a faery, hand in hand,
from a world more full of weeping than he
can understand.

 

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