Leyendo a Robert Burns acompañada por los maravillosos sonidos del laúd del músico Renée Brignole el sábado 30 de noviembre 2019, festejando San Andrés
Por los viejos tiempos
¿Deberíamos olvidar a un
amigo
Y nunca recordarlo?
¿Deberíamos olvidar a un
amigo
Y a los viejos tiempos
compartidos?
Por los viejos tiempos
compartidos, mis queridos
Por los viejos tiempos
Tomaremos una cordial copa
Por los viejos tiempos
compartidos
Y seguro tendrás tu copa
llena
Y yo seguro tendré la mía
Y tomaremos otra cordial copa
Por los viejos tiempos
compartidos
Por los compañeros
Hemos corrido las laderas
Y recogido las hermosas
margaritas
Pero hemos andado mucho hasta
cansarnos
Por los viejos tiempos
compartidos
Por los compañeros
Los dos hemos remado bajo el
sol
De la mañana hasta la noche
Pero anchos mares entre
nosotros han rugido
Desde los viejos tiempos
compartidos
Por los compañeros
¡Y aquí hay una mano, mi fiel amigo!
¡Y dame tu mano!
Y tomemos un buen trago
Por los viejos tiempos
compartidos
Por los compañeros
Ana, tus
encantos
Ana, tus encantos encienden mi pecho
Y pierden a mi cautelosa
alma.
Pero, ¡ah! ¡qué inútil
admirar,
Cuando se está destinado a
sufrir!
No obstante, en tu presencia
adorable
La esperanza debe ser
perdonada
Sería impiadoso desesperar
tanto
Ante una visión del cielo.
Una roja, roja
rosa
Oh, mi amor como una roja,
roja rosa
Que ha brotado en junio
Oh, mi amor como la melodía
Que es dulcemente
interpretada.
Hermosa como tu, mi amor
Tan profundamente enamorado
estoy
Y te amaré aún, querida
Hasta que los mares se
sequen.
Hasta que los mares se sequen
Y las rocas se fundan con el
sol
Y te amaré aún querida
Mientras se muevan las arenas
de la vida.
¡ Y adiós mi único amor!
Y adiós sin tiempo
Volveré, mi amor
Aunque mil millas nos
separen.
Las orillas de
O’Doon
Las orillas y laderas del
bello O’Doon
¿ cómo pueden florecer tan
frescas y hermosas?
¿ cómo pueden cantar,
pequeños pájaros?
Yo canto cansado, pero con amor.
Me romperás el corazón, tú,
pájaro jaspeado
Que jugueteas en las espinas
que asoman
Me recuerdas los tiempos
alegres
Que se fueron y no volverán.
Después de haber recorrido el
bello O’Doon
Para ver a la rosa y la
madreselva entrelazadas
Y a cada pájaro cantando a su
amor
Le canté así al mío,
Con el corazón ligero tomé
una rosa
Dulcemente, del espinoso árbol
Pero mi falsa amante robó mi
rosa
Y ¡ay! me dejó la espina.
El castillo
Gordon
Arroyos que se deslizan por
planicies orientales
Nunca cercados por las
cadenas del invierno;
Deslizándose aquí por las arenas doradas,
Allí mezclados con las
manchas más repugnantes
De las manos amoratadas por
la Tiranía;
Éstas, sus ricas y
destellantes olas,
Dejo a los tiranos y a sus
esclavos,
Dénme el arroyo que
dulcemente baña
Los bancos del castillo
Gordon.
Bosques perfumados, siempre
grises
sombreados por los rayos ardientes
Desafortunados, desdichados
vendidos para hacer el trabajo duro;
Ante el inflexible lugareño,
Doblegados por la matanza, la
sangre y el botín:
Bosques que siempre ondearon
frondosos,
Dejo al tirano y al esclavo;
Que me den la arboleda que
desafía idealista
A las tormentas del castillo
Gordon.
Salvaje aquí, incontrolable,
La naturaleza reina y rige
todo;
De esa forma sobria y serena,
Sincera con el alma,
Ella planta el bosque,
derrama la inundación:
Sobre el pobre día de la vida
cavilaré en delirio
Y encontraré en la noche una
cueva para refugiarme
Donde las aguas corran y los
bosques se agiten
Junto al hermoso castillo
Gordon.
La inconstancia del
amor
No permitas nunca que una
mujer se queje
Por la inconstancia del amor,
No dejes nunca que una mujer
se queje.
Un hombre cambiante es apto
para andar;
Miren el alcance de la
Naturaleza alrededor,
La poderosa ley de la
Naturaleza es el cambio,
Damas, no sería extraño
entonces
¡Que el hombre un monstruo
pueda resultar!
Noten los vientos, y noten
los cielos,
del océano la bajante y la
crecida
El sol y la luna que se ponen
para elevarse
Van y vienen las estaciones.
¿Por qué entonces pedirle al
hombre tonto
Que se oponga al gran plan de
la Naturaleza?
Seremos constantes mientras
podamos-
No podemos ser más de lo que
somos.
Should auld acquaintance be forgot,
And never brought to mind?
Should auld acquaintance be forgot,
And auld lang syne!
Chorus.-For auld lang syne, my dear,
For auld lang syne.
We'll tak a cup o' kindness yet,
For auld lang syne.
And surely ye'll be your pint stowp!
And surely I'll be mine!
And we'll tak a cup o'kindness yet,
For auld lang syne.
For auld, &c.
We twa hae run about the braes,
And pou'd the gowans fine;
But we've wander'd mony a weary fit,
Sin' auld lang syne.
For auld, &c.
We twa hae paidl'd in the burn,
Frae morning sun till dine;
But seas between us braid hae roar'd
Sin' auld lang syne.
For auld, &c.
And there's a hand, my trusty fere!
And gie's a hand o' thine!
And we'll tak a right gude-willie waught,
For auld lang syne.
For auld, &c.
Anna, Thy Charms
1788
Anna, thy charms my bosom fire,
And waste my soul with care;
But ah! how bootless to admire,
When fated to despair!
Yet in thy presence, lovely Fair,
To hope may be forgiven;
For sure 'twere impious to despair
So much in sight of heaven.
A Red, Red Rose
1794
O my Luve's like a red, red rose,
That's newly sprung in June:
O my Luve's like the melodie,
That's sweetly play'd in tune.
As fair art thou, my bonie lass,
So deep in luve am I;
And I will luve thee still, my dear,
Till a' the seas gang dry.
Till a' the seas gang dry, my dear,
And the rocks melt wi' the sun;
And I will luve thee still, my dear,
While the sands o' life shall run.
And fare-thee-weel, my only Luve!
And fare-thee-weel, a while!
And I will come again, my Luve,
Tho' 'twere ten thousand mile!
The Banks O' Doon
Third Version
1791
Ye banks and braes o' bonie Doon,
How can ye bloom sae fresh and fair?
How can ye chant, ye little birds,
And I sae weary fu' o' care!
Thou'll break my heart, thou warbling bird,
That wantons thro' the flowering thorn:
Thou minds me o' departed joys,
Departed never to return.
Aft hae I rov'd by Bonie Doon,
To see the rose and woodbine twine:
And ilka bird sang o' its Luve,
And fondly sae did I o' mine;
Wi' lightsome heart I pu'd a rose,
Fu' sweet upon its thorny tree!
And may fause Luver staw my rose,
But ah! he left the thorn wi' me.
Castle Gordon
1787
Streams that glide in orient plains,
Never bound by Winter's chains;
Glowing here on golden sands,
There immix'd with foulest stains
From Tyranny's empurpled hands;
These, their richly gleaming waves,
I leave to tyrants and their slaves;
Give me the stream that sweetly laves
The banks by Castle Gordon.
Spicy forests, ever gray,
Shading from the burning ray
Hapless wretches sold to toil;
Or the ruthless native's way,
Bent on slaughter, blood, and spoil:
Woods that ever verdant wave,
I leave the tyrant and the slave;
Give me the groves that lofty brave
The storms by Castle Gordon.
Wildly here, without control,
Nature reigns and rules the whole;
In that sober pensive mood,
Dearest to the feeling soul,
She plants the forest, pours the flood:
Life's poor day I'll musing rave
And find at night a sheltering cave,
Where waters flow and wild woods wave,
By bonie Castle Gordon.
Inconstancy In Love
1794
Let not Woman e'er complain
Of inconstancy in love;
Let not Woman e'er complain
Fickle Man is apt to rove:
Look abroad thro' Nature's range,
Nature's mighty Law is change,
Ladies, would it not seem strange
Man should then a monster prove!
Mark the winds, and mark the skies,
Ocean's ebb, and ocean's flow,
Sun and moon but set to rise,
Round and round the seasons go.
Why then ask of silly Man
To oppose great Nature's plan?
We'll be constant while we can-
You can be no more, you know.