El puente de Carrick-a-Rede es una de las principales atracciones de Irlanda del Norte. Situado en la costa del mismo nombre, su estructura colgante une la bella isla de Carrick con tierra firme.
Por siglos se ha desarrollado la industria pesquera en la pequeña isla de Carrick. Para juntar los salmones un bote tenía que llegar desde la población cercana: Ballintoy. Esto hacía que la operación fuera difícil y que llevara mucho tiempo. Por eso, a mitad del S. XVIII los pescadores locales decidieron lanzar una cuerda para hacer un puente. Hoy en día el puente, que está hecho de maderas y sogas, abarca unos 18 metros, está a unos 24 metros sobre el nivel del mar y se ha convertido en una de las más populares atracciones de Irlanda del Norte.
Solamente se permiten ocho personas sobre el puente. Si va a cruzar, asegúrese que ninguno de sus compañeros empiece a saltar moviendo las cuerdas.
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