Buenos Aires bulle mientras desde Bahía Blanca llegan poesías con notas del viejo continente. Reflexiones tan gélidas que refrescan en esta entrevista de Augusto Munaro.
Un jardín en medio de la nieve (Alción) de Marina Kohon (Bs.As., 1965) atraviesa paisajes fríos, “condenados al color blanco”, como afirmaría Borges. Fiordos, témpanos, icebergs, hielos y mucha soledad. A esto se interpone el lenguaje lírico como espacio de resistencia. Así, todo en este libro está sujeto a la incomunicación entre dos seres. Entidades escindidas por el tiempo y el espacio. Pero que sólo coinciden en el plano poético. Una serie de poemas breves que susurran la potencia de la palabra como signo crucial donde confluyen lo real y lo imaginario, la experiencia y la memoria, sus delicadas inconstancias, su significado elusivo, su misterioso tránsito.
Marina Kohon es profesora de inglés, poeta y traductora de poesía. Coordinó un Club de Lectura de Literatura Irlandesa del 2010 al 2013. Publicó los siguientes libros de poesía: La ruta del marfil (2012), Banshee (2013), y De la chacra al cielo (2014).
Un jardín en medio de la nieve es un libro estructurado en dos partes. ¿Fue originalmente pensado así?
No, al ordenar los poemas encontré que había dos superficies distintas, dos tiempos. La segunda parte comienza con una cita del querido poeta Leonardo Martínez, a quien tuve el placer de conocer: “la felicidad es un asunto/de corazones esforzados”. Me parece que esos versos resumen el tema principal de la segunda parte del libro, el tiempo que nos lleva aprender.
Abrir el poemario con una cita de Peter Handke, es toda una declaración de intenciones. ¿Por qué Handke escribiendo: “Vivimos dentro de nosotros la larga agonía del ángel”?
Es un verso que al leerlo por primera vez me caló hondo, tiene un peso bíblico, es una sentencia, una declaración. Tomamos rutas para ir tras el amor, el trabajo, la amistad, los logros materiales, lo que sea que nos proporciona felicidad. Pero es un camino, la mayor parte del tiempo, inasible.
¿Qué simboliza la nieve en este jardín?
La nieve como símbolo de la incomunicación. Lo no dicho, lo que nos resulta inabarcable con el lenguaje, lo que tememos, el silencio. También la imposibilidad de amar, de querer, de desear. A la vez la nieve es parte de un paisaje que nos es propio, que habitamos.
¿Desde qué lugar habla la voz de este libro?
La escritura del libro anticipó una prolongada introspección. Durante ese lapso en el que transcurrieron unos dos años hice las correcciones, armado y selección de los poemas. Fue un viaje ineludible y necesario.
Si bien es un libro de un trabajado estilo conceptual, la voz de Un jardín en medio de la nieve logra imágenes de gran belleza. “Huís hasta los límites/ del hielo/ como un dios del rayo/ esgrimiendo una estalactita”. Me imagino que los colores, sus intensidades están muy relacionados a los estados emocionales que denotan.
Sí, definitivamente. Los colores son espejos en los que graduamos nuestra intensidad. Entre todo ese blanco, ese frío, que simboliza la introspección, la soledad, el aislamiento, pero también la pureza, el estado primigenio, hay mucho azul como marco de la emoción y de la profundidad de lo que nos cuestiona e interpela.
En otro pasaje leemos: “Hay alguien mucho más fuerte/ que todos/ que domina la luz/ lo que tarda en posar su exceso/ para que la oscuridad/ exista y nos sostenga” Lo cual hace suponer todo un sesgo religioso. ¿Considerás tu poética como metafísica?, ¿Por qué?
Creo que hay preguntas que nos persiguen a los seres humanos desde los inicios. Temas que nos posicionan frente a nosotros mismos y frente al mundo. Frente a lo tangible y comprobable y de todo lo demás que pertenece al orden de la especulación, pero que no por eso ocupa un lugar menor. Es parte de nuestra condición. Y como dice la poeta irlandesa Moya Cannon: “ningún escritor elige su tema, el tema lo elige a uno”. Cómo escapar.
para seguir leyendo la entrevista:
http://revistacolofon.com.ar/laberinto-emocional-en-la-nieve-entrevista-a-marina-kohon/