domingo, 26 de junio de 2016

James Joyce: fragmentos de Giacomo Joyce











Una flor dada por ella a mi hija. Frágil regalo, frágil donador, frágil criatura de venas azules. Padua más allá del mar. La silenciosa medianía de la edad, noche, la penumbra de la historia duerme en la Piazza delle Erbe bajo la luna. La ciudad duerme. Bajo las arcadas de las calles oscuras cerca del río, los ojos de las prostitutas espían en busca de fornicadores. Cinque servizi per cinque franchi. Una oscura ola de sentidos, una y otra y otra vez. Los míos ojos fallan en la oscuridad, los míos ojos [fallan. Los míos ojos fallan en la oscuridad, amada. Otra vez. Basta. Amor oscuro, ansiedad oscura. Basta. Oscuridad. Crepúsculo. Cruzando la piazza. Tarde gris descendiendo sobre anchas dehesas salviaverdes, desprendiendo silenciosamente oscuridad y rocío. Ella sigue a su madre con torpe gracia, la yegua conduciendo a su potranca. El crepúsculo gris moldea suavemente las ancas delgadas y bien formadas, el cuello manso flexible tendonoso, el cráneo fino. Atardecer, paz, la penumbra de lo maravilloso... ¡Arre! ¡Arre! Papá y las niñas resbalando colina abajo, a horcajadas en un tobogán: el Gran Turco y su harén. Sombreros y chaquetas ajustados, botas abrochadas con mañosos cruzados sobre la lengüeta tibia-de-carne, la falda corta tensa por los nudos redondos de las rodillas. Un destello blanco: un copo, un copo de nieve: Y cuando ella vuelva a partir ¡Que esté yo allí para verlo! 

Salgo apresuradamente de la tabaquería y la llamo. Se vuelve y se detiene para escuchar el revoltijo de palabras sobre lecciones, horas, lecciones, horas: y lentamente sus mejillas pálidas se inundan de una luz ópalo inflamada. ¡No, no, no tengas miedo! Mio padre: ella ejecuta los actos más simples con distinción. Unde derivatur? Mia figlia ha una grandissima ammirazione per il suo maestro inglese. La cara del anciano, hermosa, sonrojada, de fuertes rasgos judaicos y largos bigotes blancos, se vuelve hacia mí mientras descendemos juntos la colina. ¡Oh! Qué bien expresado: cortesía, curiosidad, confianza, sospecha, naturalidad, impotencia senil, confidencia, franqueza, urbanidad, sinceridad, aviso, pathos, compasión, una mezcla perfecta. ¡Ven en mi ayuda, pronto, Ignacio de Loyola! Este corazón está lastimado y triste. ¿Un desengaño amoroso? Largos labios lascivos que apuntan de soslayo: moluscos de sangre Neblina en fuga sobre la colina mientras miro hacia arriba desde la noche y el fango. Neblinas colgantes sobre los árboles húmedos. Una luz en la habitación alta. Ella se viste para la función. Hay fantasmas en el espejo... ¡Luces! ¡Luces! Una criatura apacible. A media noche, terminada la música, calle San Michele arriba, calladamente se dijeron estas palabras. ¡Cuidado, Jamesy! ¿Anduviste jamás por Dublín de noche sollozando otro nombre?


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Jan Pieters Sweelink. El extraño nombre del mú­ sico holandés hace que todo lo bello parezca extraño y lejano. Descubro sus variaciones para clavecín en una antigua tonada. Y outh has an end. En la vaga niebla de sonidos antiguos surge un punto de luz: el mensaje del alma va a ser escuchado. La juventud es finita: el fin está aquí. Nunca será. Bien lo sabes. Entonces, ¿qué? ¡Escríbelo, carajo, escríbelo! ¿Es que sirves para otra cosa? -¿Por qué? -Porque de otro modo no podría verte. Deslizamiento-espacio-edades-follaje de estrellas y cielo menguante-silencio-y silencio más profundosilencio de la aniquilación-y su voz. Non hunc sed Barabbam! Desprevención. Un apartamento desnudo. Luz perezosa del día. Un piano largo y negro: ataúd de mú­ sica. Un sombrero de mujer con flores rojas, y un paraguas, plegado, se equilibran en el borde del piano. Sus brazos: casco, gules, y una lanza roma en un campo, sable. Envío: Ámame, ama mi paraguas. 




Traducción: Alfredo Matilla
Editorial Pi, Colombia, 2009.




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