El poeta, que aparentemente, pasó su vida envuelto en las nieblas del simbolismo, filosofía y verso, no era ningún tonto. Después de todo su madre era una Pollexfen de Sligo. Los Pollexfens, eran una rica familia Anglo-Irlandesa Protestante, que conducían un próspero negocio harinero.
Aunque el precio que pedían por la Torre de Ballylee era muy bajo, Yeats regateó y la consiguió por casi la mitad. Luego contrató los servicios del arquitecto professor William Scott para que restaurara y remodelara el edificio.
Durante la estación estival de 1919 la familia de Yeats ya se había mudado a la torre, y allí pasaron cada verano hasta 1929. Ballylee no sólo se convirtió en un hogar, sino en un símbolo poético, un monasterio del alma.
El castillo, o Thoor como Yeats lo llamaba, construido por los Normandos en el siglo XVI, estaba formado por cuatro pisos conectados por una escalera caracol de piedra. Desde las ventanas se podía ver correr al río Cloon. Situado en las verdes praderas del condado de Galway, Thoor Ballylee inspiró a Yeats, ya establilzado en su matrimonio con Georgie Hyde-Lees.
Según su biógrafo Richard Elimann, el mundo, que le había sido tan hostil, aquí se tendió a sus pies.
Durante la estación estival de 1919 la familia de Yeats ya se había mudado a la torre, y allí pasaron cada verano hasta 1929. Ballylee no sólo se convirtió en un hogar, sino en un símbolo poético, un monasterio del alma.
El castillo, o Thoor como Yeats lo llamaba, construido por los Normandos en el siglo XVI, estaba formado por cuatro pisos conectados por una escalera caracol de piedra. Desde las ventanas se podía ver correr al río Cloon. Situado en las verdes praderas del condado de Galway, Thoor Ballylee inspiró a Yeats, ya establilzado en su matrimonio con Georgie Hyde-Lees.
Según su biógrafo Richard Elimann, el mundo, que le había sido tan hostil, aquí se tendió a sus pies.
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